Tuve la gran suerte de trabajar en Brasil durante más de un año, por lo que me dio la oportunidad de conocer el país bastaste bien, pero uno de los sitios a los que me escapaba constantemente, era Rio de Janeiro, un lugar incomparable e inolvidable
RIO DE JANEIRO
Cuando pensamos en Rio, no puedes evitar pensar en Carnavales, playas y Samba, pero yo tuve la oportunidad de disfrutar muy de cerca la hospitalidad de su gente. El Carioca es alegre, espontáneo y cualquier situación la transforma en fiesta.
Me impresionaron sus paisajes naturales donde se unen el mar, la montaña y la selva. Es lo que hace de Rio una ciudad única y entiendo que fuera la primera ciudad del mundo, en recibir por la Unesco el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
No puedo olvidar la tranquilidad que me daba pasear por la orla (paseo marítimo) de la playa de Copacabana cruzándome con deportistas, caminantes y todo tipo de vendedores, además siempre hacia una parada para disfrutar de una deliciosa caipirinha en alguno de los quioscos de la playa, mirando el maravilloso paisaje.
Por otra parte, como no hablar de la playa de Ipanema, la más auténtica y canalla, la preferida de los surferos y donde los Cariocas juegan al voleibol, futbol y algo muy típico que es el futvoley, un deporte que combina el dominio de la pelota con los pies del futbol pero con las reglas y el uso de la red del vóley.
En la playa de Ipanema fue donde pase mis mejores momentos tomando el sol, oyendo música y disfrutando de su gente, pero eso sí, sin dejar de echar un ojo a la mochila.
Tapioca y Açai
Pero más allá de las playas me llevo el recuerdo de la comida, descubrí comidas típicas que nunca había probado. La tapioca (tortillas hechas de mandioca hidratada en la que su interior podías poner todo tipo de alimentos, mi preferida es con jamón dulce queso y coco.
Tengo que reconocer que la tapioca no la he dejado de tomar en ningún momento, al no tener gluten y reunir propiedades muy saludables como: es anticancerígena, reduce el riesgo a la anemia por su elevado contenido en hierro, mejora la circulación sanguínea, rica en fibra y proteínas, ayuda a un buen rendimiento físico, fortalece los huesos … la hace una de mis platos preferidos.
También el açai , un fruto que viene de una palmera, nativa de la selva amazónica en Brasil, que tiene forma de mora pequeña, de color morado muy oscuro y parece un arándano grande. contiene muchísimos antioxidantes, aportando proteínas, vitaminas A B C y E, minerales como el hierro, zinc, magnesio y potasio.
Se prepara en un bol con el açai granizado combinándolo con granola y otras frutas, lo más típico es fresa y plátano, el mejor sitio para comerlo es en Polis Suco en el barrio de Leblon, un bar clásico con más de 50 años con la misma carta donde tienes que estar de pie porque no hay mesas ni sillas, un placer puramente carioca.
LUDVICK REGO EN CALZONCILLOS RED LIBERTINE.
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Cuando tengo una conversación con mis padres y me estreso muy fácilmente.
El rojo, asociado desde la noche de los tiempos al poder imperial, es de por sí un color potente y vital. La intrepidez y la seguridad que connotan este tono cálido no excluyen la magnanimidad de la fuerza del que lo lleva.
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